INVESTIGACIÓN EN ENVEJECIMIENTO ¿POR QUÉ?
Por muchas razones, pero sobre todo por argumentos que pueden ser agrupados en tres grandes epígrafes.
1. Razones sociodemográficas. El envejecimiento poblacional constituye uno de los fenómenos sociológicos más importantes, a nivel mundial y también a nivel español, entre los ocurridos en los últimos cien años. La esperanza de vida al nacer en España, que en 1900 era de 35 años, ha pasado a ser en el momento actual de 75 para los hombres y 83 para las mujeres. A los 65 años una mujer tiene todavía una esperanza de vida media en nuestro país de 20 años, y de 16 si se trata de un hombre. Todo ello, unido a una tasa de nacimientos en descenso permanente, 1,1 hijos por mujer en el momento actual (la más baja del mundo), nos lleva a un 17% de compatriotas por encima de los 65 años (cerca de 6.700.000), con 1.300.000 personas por encima de los 80 años (1). Las expectativas para las próximas décadas apuntan hacia un incremento aun mayor de todas estas cifras.
2. Razones de especificidad. Los temas relacionados con la salud son hoy la principal preocupación para las personas mayores en todas las encuestas al respecto, tanto cuando las preguntas se plantean de forma directa como si lo son en términos de calidad de vida o en base a cualquier otro parámetro (2-4). Lo mismo ocurre en los países de nuestro entorno. Este interés por la salud está plenamente justificado si tenemos en cuenta la epidemiología: el número de enfermedades crece con la edad, con la peculiaridad de que muchas de ellas modifican en el anciano sus características de todo tipo (factores determinantes, presentación clínica, evolución, pronóstico y tratamiento). Lo mismo cabe decir referido a la evolución funcional desde sus perspectivas física, psíquica o social.
3. Razones de carencias. Podríamos recurrir aquí a argumentos de índole histórica. La investigación en los campos de la biogerontología y de la gerontología clínica o geriatría se ha puesto en marcha, por razones obvias, en épocas mucho más tardías que la equivalente a otras especialidades médicas. Este retraso de partida no ha sido superado y todavía hoy nuestros conocimientos son más pobres cuando se comparan con los de otras ramas de la medicina. Una buena evidencia de lo anterior son las fechas de nacimiento de las principales revistas de la especialidad, todas ellas mucho más recientes que las de otras especialidades clínicas. Las más antiguas en nuestro campo corresponden a los años cuarenta y cincuenta. Así las americanas «Journal of Gerontology» y «Journal of the American Geriatric Society» nacieron en 1946 y 1953 respectivamente. La española «Revista Española de Geriatría y Gerontología» data de 1966 y es la quinta del mundo en antigüedad. Buena parte de las revistas especializadas más clásicas en otras áreas clínicas tuvieron su origen en los años veinte o treinta.
INVESTIGACIÓN EN ENVEJECIMIENTO ¿QUÉ HAY QUE INVESTIGAR?
Los campos de investigación en este terreno suelen englobarse dentro de tres grandes apartados.
1. Área biológica o biogerontológica. Sus objetivos esenciales tienen que ver con preguntas como el por qué envejecemos, cuáles son los mecanismos que determinan el envejecimiento, cuáles las posibilidades de actuación sobre ellos, cómo se produce el proceso de envejecer y otras cuestiones similares. Habitualmente son investigadores básicos quienes se ocupan de este área: biólogos, bioquímicos, fisiólogos, genetistas, químicos, etc. Su medio de trabajo más frecuente es el laboratorio en el marco de las universidades o de centros específicos de investigación.
2. Área clínica. Constituye la esencia de la geriatría propiamente dicha. Se ocupa de todos aquellos aspectos que pueden considerarse más o menos específicos en relación con la patología de la persona mayor. Abarca desde cuestiones epidemiológicas hasta consideraciones diagnósticas y terapéuticas relacionadas con la mayor parte de las enfermedades y síndromes geriátricos, incluyendo igualmente cuestiones relativas a la funcionalidad física o psíquica. Su marco de actuación se centra fundamentalmente en el hospital y, junto a él, en atención primaria y todo tipo de centros sanitarios, incluidas las llamadas residencias de ancianos. Es el campo al que de forma más específica se refieren estos comentarios.
3. Área de Ciencias Sociales y del Comportamiento. Comprende un enorme campo temático, difícilmente resumible en pocas palabras, pero con una gran incidencia en aspectos relativos a la situación del anciano en la sociedad, a su calidad de vida, a la economía individual y colectiva, e incluso a cuestiones directamente relacionadas con la clínica pero íntimamente vinculadas con la problemática social del individuo. Estos últimos aspectos han dado pie a una eclosión de temas que, tanto desde el punto de vista asistencial como desde el de las posibilidades de investigación, suele englobarse bajo el horrible epígrafe de «lo sociosanitario».
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